sábado, 17 de octubre de 2020

Misionero, ¿yo?

El tercer domingo de octubre se celebra en la Iglesia el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), y tal vez la mayoría pensamos en los grandes misioneros ad gentes que, como San Pablo o San Francisco Javier, están dedicados a evangelizar a las personas que jamás han oído hablar de Cristo. Sin duda, este es un tipo de misión muy especial y en extremo apremiante según el mandato de Jesús: "Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Nueva a toda la creación" (Mc 16, 15). No obstate, también existen otros tipos de misiones. Por ejemplo, las misiones de Semana Santa entre personas catequizadas, cuyo fin es ayudar a los sacerdotes a llegar a las comunidades más dispersas para hacer las celebraciones propias de este tiempo. Hoy quisiera hablar un poco de otro tipo de misión muy concreto: la misión diaria.

Decía la Beata María Inés del Santísimo Sacramento que somos misioneros siempre y en cualquier lugar. Por lo tanto, en el ambiente donde nos encontremos (la casa, la escuela, el trabajo, el cine, la fiesta, el supermercado, el tráfico, etc.) podemos anunciar a Cristo con nuestras palabras y obras---es decir, con nuestro testimonio de vida cristiana. Este testimonio puede hacer que los que están a nuestro alrededor se pregunten qué nos hace ser así. La respuesta será muy simple: el seguimiento de Cristo.

En resumen, todos desde nuestra trinchera podemos ser misioneros y ayudar a la obra de evangelización con el "pedacito de mundo" que nos tocó vivir. Pidamos por todos los misioneros ad gentes y sus necesidades y, sobre todo, para que todos conozcan y amen a Cristo. Quisiera cerrar con un pensamiento que una vez me tocó escuchar: mucha gente no lee la biblia y tal vez el único Evangelio que va a tener oportunidad de leer va a ser tu vida.

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